La Unasur sesionó con la vista puesta en Japón y en la situación política de los países árabes
Los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) celebraron hoy la jornada institucional más importante desde la fundación del organismo, con una agenda que excedió los límites regionales debido a la tensa situación política de varios de los países árabes y al movimiento sísmico que esta madrugada devastó a Japón.
Los cancilleres pusieron en vigencia esta mañana el Tratado Constitutivo ratificado por 10 de los 12 países integrantes del bloque, lo que permitió que la Unasur comenzara a funcionar formalmente; colocaron la piedra fundamental de la sede del organismo, y sesionaban esta tarde para resolver la designación del secretario general que reemplazará al fallecido expresidente argentino Néstor Kirchner.
Al respecto, decidieron proponer a los presidentes de la región que los únicos dos candidatos, la excanciller colombiana María Emma Mejía y el ministro venezolano de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, se alternen un año cada uno, en ese orden, para cumplir el mandato de dos años.
Rafael Folonier, funcionario de la cancillería argentina que participó de la sesión, destacó como “un logro que dos países que hace pocos meses estuvieron a punto de entrar en una confrontación muy fuerte, que fue sofocada por la gestión como secretario general de la Unasur de Kirchner, hoy se alternen en la primera secretaría general de la etapa de institucionalidad” del organismo.
El funcionario reveló que una vez que se logró el acuerdo, los cancilleres de Colombia y Venezuela, María Angela Holguín y Nicolás Maduro, hablaron para destacar el hecho de que la gestión de Kirchner permitió que hoy se coronara “este hecho que es una muestra de integración y amistad entre los pueblos”.
La agenda resultó alterada por el tremendo movimiento sísmico que asoló a Japón y cuyas repercusiones eran esperadas para última hora de esta tarde sobre las costas y los archipiélagos de los países sudamericanos sobre el océano Pacífico.
Por ese motivo, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, dejó el encuentro sobre el mediodía y se trasladó a Guayaquil, sobre la costa del Pacífico, donde se reunió con los técnicos del Comité de Operaciones de Emergencia luego de haber decretado el estado de excepción y la suspensión de las exportaciones de petróleo.
La reunión de la tarde, en la que los cancilleres se proponían resolver la cuestión de la secretaría general, se prolongó por el análisis de la situación de Japón y también la de los países árabes.
Antes del encuentro, el canciller local, Ricardo Patiño, mencionó la preocupación de los ministros por ambos temas y recordó que el mes pasado debió suspenderse la III Cumbre América del Sur-Países Arabes, que iba a realizarse en Lima con un encuentro paralelo entre unos 500 hombres de negocios de ambas regiones.
La jornada comenzó a las 9 con un imponente acto a metros de la línea del Ecuador que divide los hemisferios del planeta, bajo un tinglado del tamaño de una cancha de futbol, donde se instaló la clásica mesa larga alrededor de la cual se alinearon los cancilleres y los representantes de los países miembros junto a Correa, a cuyas espaldas se podía leer la leyenda “Suramérica unida, un sueño que se hace realidad”.
Patiño, el primero en hablar, regaló a los representantes y a Correa un poncho ecuatoriano al que llamó “el poncho de la Unasur”, y pidió que se lo pusieran como un gesto más de unidad.
Después enumeró algunas de las estadísticas que reflejan la potencialidad de la región, cuya unidad fue sellada hoy con la puesta en vigencia del Tratado Constitutivo que esbozaron los mandatarios de estos países en un encuentro en Brasil, en mayo de 2008.
Se trata de 317 millones de habitantes en un territorio de 17 millones de kilómetros cuadrados bajo cuyo suelo hay reservas hidrocarburíferas para más de un siglo y que posee 27 por ciento de las reservas de agua dulce del planeta y 54 por ciento de los bosques, entre otros recursos naturales.
Luego, la canciller de Guyana -país que ejerce la presidencia temporal de la Unasur-, Carolyn Rodrigues-Birkett, afirmó que esta unidad “es una señal muy clara al hemisferio y al mundo de que estos países están realmente dispuestos a la integración, para beneficio mutuo y del mundo”.
Más tarde, Correa, quien firmó como “testigo de honor” la declaración que puso en vigencia el Tratado Constitutivo, afirmó que la Unasur “consolida y convierte en realidad la patria grande que soñaron nuestros próceres como Bolívar, como Martí, y que luego llevó adelante el Che Guevara”.
“Puede haber gobiernos de derecha y de izquierda, pero el sueño de la Unasur está por encima de esas dimensiones ideológicas”, sostuvo.
Luego, Correa invitó a colocar la primera piedra de la sede de la Unasur, que se erigirá justamente aquí, en la midad del mundo, unos metros dentro del hemisferio sur, y que llevará el nombre de Kirchner “como una homenaje a ese entrañable compañero, que fue un presidente heroico que acabó con el neoliberalismo en la Argentina”.