Homero Manzi. Rebelde de sur vestido
Por Osvaldo Vergara Bertiche (*)
Nació el 1° de Noviembre de 1907 en un pueblito de la Provincia de Santiago del Estero, llamado Añatuya, pueblo característico de nuestro país del interior, "callado y desvalido, mísero villorrio sin ladrillos, sin médicos, sin Registro Civil...".
Cuando ya era conocido como Homero Manzi, y recordando su lugar natal decía que "no era Añatuya"; era para él; lo que implica el cariño por el terruño; simple y cariñosamente... "Aña... mía". Fue el sexto de los ocho hijos del matrimonio formado por Luis Manzione y Ángela Prestera. Madre uruguaya, padre argentino... como el tango mismo. Vivió en esa provincia hasta cumplir nueve años y luego fue enviado a Buenos Aires bajo la tutela de su hermano Luis. "Se metió con su espíritu poblado de versos en ese barrio mistongo, que se derramaba en cafetines, lustrabotas y mendigos con calles amenazadas por la inundación".A los 19 años ingresa a la Facultad de Derecho. Como docente dicta las cátedras de Castellano e Historia en los colegios Domingo F. Sarmiento y Mariano Moreno.
Homero Nicolás Manzione Prestera no dudó. Se jugó en la resistencia yrigoyenista contra la dictadura del General Uriburu y contra el gobierno usurpador del General Justo. "Conspiró, fabricó bombas caseras, conoció el infierno de la cárcel, soportando la incomunicación total en la Penitenciaría Nacional de la Avenida Las Heras". Su casa de la calle Garay y Danel se convirtió en centro clandestino de lucha popular y desde allí con sus amigos desarrolló, no sólo la pelea contra el conservadorismo vacuno sino también contra la claudicación de la dirección alvearista del partido Radical.
Junto a Arturo Jauretche, Raúl Dellepiane, Juan Luis Alvarado, Jorge del Río, Juan Molás Terán, Gabriel del Mazo y Oscar Correa, acompañados por Raúl Scalabrini Ortíz, que no era afiliado radical pero que asocia a esta patriada, fundan F.O.R.J.A. (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina), el 29 de junio de 1935. Éste fue un movimiento ideológico surgido, justamente, de la crisis de la Unión Cívica Radical. Crisis que se acelera a raíz de la muerte de Hipólito Yrigoyen. Sin dudas, un intento de recuperar el partido al servicio de las ideas que el Caudillo había puesto en marcha en su larga carrera política. La acción de F.O.R.J.A. se desarrolla hasta la declaración de Octubre de 1945, en la que la mayoría de sus miembros se incorporan al nuevo movimiento revolucionario nacional conducido por Juan Domingo Perón. En su posición antiimperialista, F.O.R.J.A. enfrenta tanto a Gran Bretaña como a Estado Unidos en un doble enfoque nacional y latinoamericano. La voz de Manzione se levantó en la tribuna esquinera, erguido sobre cajoncitos de cerveza, apostrofando las entregas y latrocinios de la Década Infame.
"Nos dicen - sostuvo Manzione - que hay una cosa intocable entre los distintos eslabones de la economía: el gran capital, especialmente cuando se trata de accionistas extranjeros, y por eso es necesario crear la mentalidad opuesta, la mentalidad nacional, que frente a ese argumento diga sencillamente esto ¡qué se vayan a la puta que los parió esos accionistas!" Una y otra vez, desde F.O.R.J.A., denunció el sometimiento del gobierno al imperialismo británico, la complicidad de Alvear con los hombres del régimen, la expoliación que sufría el país, especialmente las provincias como la suya, porque - decía Homero - "Santiago del Estero no es un provincia pobre, sino una provincia empobrecida". Una y otra vez reclamó mejores salarios, respeto a los derechos populares, en fin, como reclamaba F.O.R.J.A.: "las cuatro P: Patria, Pan y Poder al Pueblo". El sistema lo silencia; lo condena como a "Jauretche y Scalabrini Ortíz al sótano de la calle Lavalle al 1700 donde tenía su sede F.O.R.J.A.". Expulsado de la Facultad de Derecho, exonerado como Profesor de Literatura, silenciado como poeta, discriminado en el radicalismo por rebelde y antiimperialista, Homero Nicolás Manzione Prestera fue convertido en "maldito", pero el poeta que había dentro de él "le jugó una mala pasada al sistema". "Mucho de mi yrigoyenismo se lo debo a Homero Manzi, que tenía 20 años por esos días. Él me dio una de las explicaciones más orgánicas y tal vez más poéticas del caudillo y de lo que significó", contaría Jauretche tiempo después. "Si por sus ideas le cerraban el camino a ser hombre de letras, él se dedicó a hacer letras para los hombres, y se transformó de Homero Nicolás Manzione en HOMERO MANZI". "Homero se nos fue al mundo de la noche" señaló Jauretche, y allí no pudieron con él.
Su poesía se nutrió de los compadres de los cafetines, de las muchachas en las ventanas. Sus versos acunaron a la "negra María", consolaron a la mulata abandonada, convocaron al "Papá Baltazar" de los chicos pobres y también a "Malena" con su "voz de sombra" en el paisaje indeleble de un "Sur, paredón y después", con las "chatas entrando al corralón" y chapaleando barro bajo "el cielo de Pompeya", con gorriones y fabriqueras, con el eco de un bandoneón... "mariposa de alas negras", brotando del último organito de una ciudad entristecida. Así, el Manzi poeta violó la censura que le impuso la oligarquía pro-británica; se escabulló por el camino abierto del cancionero popular.
El otro, el Homero Nicolás Manzione Prestera, condenado al olvido, al que no se lo menciona en ninguna historia política "oficial", permaneció "maldito". Manzione y Manzi, cualquiera de los dos o los dos juntos, llevaron por siempre en alto la bandera del pensamiento nacional, el amor al Pueblo, el sueño de la grandeza de la Patria.... Ese Homero Nicolás Manzione Prestera, declaró como Homero Manzi, en 1947: "Nosotros no somos ni oficialistas ni opositores: somos revolucionarios".
Don Arturo Jauretche, el que "avivaba zonzos", implacable crítico de la colonización intelectual decía "Nada grande se puede hacer con la tristeza. El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza". Y Manzi encarna ese pensamiento. Porque Manzi encarna, justamente, más que ningún otro, la presencia de la poesía en la letra del tango. Fue un poeta que no publicó ningún libro de poesías. El medio de su poética fue siempre la canción, desde los motivos camperos hasta la música urbana, en la que alcanzó su mayor realización. De esa manera gozó de inmensa popularidad, sin renunciar nunca a sus convicciones de poeta. Apeló a la metáfora, incluso surrealista, pero no avanzó demasiado por ese camino, camino que quizás hubiera dificultado la comprensión de su mensaje por el hombre común.
Utilizó muy poco el lunfardo para expresarse, pese al compromiso popular de su obra literaria. A diferencia de otros grandes autores, sus letras no ofrecen directas crónicas de la realidad social ni imparten consignas morales contundentes, pero mantienen una coherencia plena de sentimiento y racionalidad. Vemos que en Manzi existe un tácito enfoque sobre los valores inherentes a los sectores populares. Es significativo ver como puede reconstruir la vida de éstos sólo a partir de las palabras. Podríamos decir que en diferentes tangos estos términos están puestos en reemplazo de cualquier tipo de especificación acerca de lo que se está hablando: el "destino de percal", frase usada en el tango "Che, Bandoneón", se puede interpretar como el destino, justamente, del trabajador humilde, sacrificado, humillado... explotado.
Las condiciones socioeconómicas imponían la miseria a aquel que estaba atrapado en la explotación, de la que muchos intentarán escapar, siguiendo caminos que no eran los propios. Así, el trabajo era abandonado para buscar las grandezas y el placer que el cabaret prometía. Podríamos pensar que había quienes pretendían asimilar el tipo de vida que llevaban los sectores hegemónicos. Si bien como poeta puso su pluma al servicio del tango, que deja cantar sus textos, Manzi interpreta fundamentalmente a la ciudad a través de sus barrios y su gente, sufriendo por esta razón, entre tantas otras, el desprecio de cierta crítica corta de vista. Es que había decidido "hacer letras para los hombres" sobreponiéndose a una poesía descarnada, metafóricamente adornada con polichinelas y princesas de ajenas latitudes. Sus temas en cambio fueron la permanente "nostalgia por lo irrecuperable, aunque carente de melancolía: la simple persecución del recuerdo, una lucha a brazo partido de la memoria contra las destrucciones del tiempo". Y este cantar, con el latido de su pueblo, sensible a todas las emociones, sin ser sensiblero ni ramplón, se mantuvo desde siempre y por siempre.
En esa trayectoria nunca estuvo ausente la figura de Jauretche, "pensador despatarrado, socarrón, antiacadémico, pero capaz de pensar el país con originalidad", el cual vivió en hermandad con Manzi. Intentar una semblanza de Homero Manzi (Homero Nicolás Manzione Prestera) en un breve trabajo puede ser irreverente y ambicioso. Pero mucho más difícil es explicar esa fusión por la que transitó: del yrigoyenismo al peronismo. ¿Y por qué no?. Simplificando todo análisis histórico, y basándonos en una conjetura meramente emocional ¿no sentimos y vivimos que el yrigoyenismo, el peronismo, el fútbol y el tango forman parte de nuestra cultura nacional?.
Su faceta más importante fue, sin duda, la poética, pero no muy lejos estuvo la política, donde su compromiso con el movimiento popular y nacional; que en aquella época encarnaba el yrigoyenismo; lo convirtió en un militante.
Posteriormente, cuando las circunstancias políticas generaron el hecho revolucionario que culminó con la irrupción de Juan Domingo Perón en el poder y en las instancias de transformaciones que vivió el país, Homero Manzi acompañó hasta sus últimos días al peronismo. Este militante, este poeta popular, goza del afecto y de la consideración de quienes admiramos su presencia como un vehículo de todas las expresiones del sentimiento concreto del pueblo. Los que viven con el apuro de dar se van pronto, y nos dejan mucho.
El 3 de Mayo de 1951, con solo 44 años de edad, la muerte "le pungueó el corazón" y él se despidió "lleno de luces y colores que integran mi cortejo final de despedida" y Troilo lo llora con "Responso", un conmovedor tango instrumental.
(*) NOTA COMPLETA EN www.elortiba.com.ar