Santa Fe, Del Sel y la soja
El actor de Midachi ganó en los departamentos que concentran el 75% de las hectáreas de soja sembradas en la provincia. Los factores que desacreditan los análisis que nacionalizan las elecciones santafesinas.
Por Nicolás Tereschuk
Escucho a ciertos sectores del kirchnerismo seguir criticando a Miguel Del Sel. Ya está. Del Sel hizo una gran elección. Lo que habría que hacer es explicarla. Si no se cae en la simpática "legitimidad segmentada".
El voto no se explica por una única razón, pero bueno, tiro un dato no muy sorprendente, para discutir, aunque concreto.
Santa Fe tiene 19 departamentos. Hay siete de ellos que concentran el 75 por ciento de las hectáreas de soja sembradas en la provincia (ver fuente).
Son los departamentos de General López, Caseros, San Martín, Iriondo, Castellanos, Constitución y Belgrano. En todos ellos, la candidatura a gobernador más votada no fue la que ganó a nivel provincial, la de Bonfatti, sino la de Del Sel.
Ahí abrimos un paréntesis y decimos que en casi todos esos departamentos también se impuso María Eugenia Bielsa. Y que en esa región hubo candidatos a intendente peronistas que sacaron, por ejemplo, el 66 por ciento de los votos, nada menos.
De los tres candidatos que reunieron la mayor cantidad de votos en la provincia, Del Sel fue el que menos necesitó de los votos de Santa Fe y Rosario para lograr el resultado que obtuvo (sacó muchos votos ahí también, claro, pero menos de la mitad de sus votos surgieron de esas dos ciudades y en los casos de Rossi y de Bonfatti, más de la mitad de sus respectivos electorados está ahí).
El terreno en el que el kirchnerismo inteligente debe plantarse es en que no comparte las recomendaciones de política pública que salen de esos sectores. En lo que "propone" Del Sel. Ni siquiera Binner ("una provincia Federal" -sic-). Por razones muy concretas.
Ahora: lo que hay que pensar es qué posibilidades tiene un candidato "local" (intendente, gobernador) de marcarle a sus electores lo que es mejor para ellos o para el conjunto, en lugar de directamente decirles lo que quieren escuchar.
Insisto: en un presidente es distinta la dinámica, porque un jefe de Estado tiene que "liderar", no siempre "seguir" las encuestas, si es que quiere transformar algo. También tiene que lidiar con factores de poder real para sostenerse en el poder (enfrentándolos o aliándose con ellos). Y manejar las relaciones exteriores (seguir en todo a Estados Unidos, o no).
Es decir: uno no va a tirar por la ventana a Moyano si lo considera clave para su sustentación política por más mal que dé en las encuestas ni, llegado el caso, se va a arrodillar ante el Grupo Clarín porque la mayoría de los argentinos no quieren olas.
Eso sí, en el promedio del distrito único que se llama República Argentina, uno tiene que tener (bastantes) más votos que las distintas alternativas opositoras. Por lo menos.