18 ago 2011

LAS DIFERENTES CRISPACIONES LUEGO DEL TRIUNFO DE CFK

El triunfo de Cristina y sus diversos impactos


Por Lucas Carrasco

En buena medida, el triunfo contundente de Cristina en las PASO fue sorpresivo. No en la misma magnitud para todas las trincheras del escenario crispado que organiza la derecha a través de sus corporaciones, ni del mismo calibre, tampoco.

De todos modos, el importante caudal de votos en relación al padrón, la magnitud de los votos positivos, la baja abstención y el poco voto antisistema –en blanco y nulo, el voto a Altamira, teniendo en cuenta que festeja con Chiche Gelblum el logro de perdurar en la marginalidad, no pude ser más que un voto pro sistema- constituyen un triunfo de la reforma política.

Ciertamente, la Asociación Empresaria Argentina, que a través de sus voceros salió a cuestionar en duros términos al duhaldismo disidente que postuló al Hijo De Alfonsín y al duhaldismo línea fundadora que postuló al propio Duhalde, tarde se avivó de la importancia de respetar la ley, las instituciones y la república: podrían haber realizado internas reales entre los distintos candidatos del Grupo A.

Por supuesto, la lista de legisladores es lo que impidió hacer internas reales: así como el Grupo A sólo consiguió contratos al apoderarse del congreso como escribanía de la AEA, era muy difícil pedirles que luego renunciaran a esa fuente de financiación y existencia política. No hay mayores misterios en esto: es la lista de legisladores propio lo que motivó a la implosión del Acuerdo Clínico del Club Social y al Peronismo Federal, al servicio de la comunidad. Esa clave de interpretación se traslada, a su vez, a que cada cual cuidó su comarca en elecciones plenamente legislativas como las de hace dos años. En elecciones ejecutivas, nadie en su sano juicio –y hasta incluye a…Carrió!- creyó que podía ganarle a Cristina, por lo tanto los incentivos sistémicos de ir a una interna y compartir las listas legislativas, no existían.

Los retos de maestra de primaria a sus candidatos en la primaria por parte de los voceros de AEA –la persistente prensa militante de la derecha- revelan la falta de predisposición a la autocrítica y a hacerse cargo de la derrota. Tanta crispación existe en la derecha derrotada que ni Magdalena Ruiz Guiazú, ni Jorge Lanata, ni Luis Majul, ni Héctor Magnetto ni Darío Gallo llamaron a la presidenta para felcitarla por el triunfo. Incluso, en los bunker de TN, Canal 13, el pariente pobre de Perfil –o Libre, su suplemento de calumnias e injurias- tardaron en salir a reconocer la derrota.

Este comportamiento revela las estrategias de AEA y la derecha de cara a la reelección de Cristina. Poco apego a la ley, mucha crispación, abandono de su dirigencia política, microclima sectario, poco reconocimiento del humor social, cero predisposición al diálogo y la tolerancia, baja importancia a la institucionalidad, la república y la convivencia democrática.

El lobo disfrazado de cordero, más allá de la insinceridad, sería una buena noticia, si acaso hubiera durado por lo menos cuatro días. Ni eso.

A las 48 horas ya volvieron las operaciones de prensa, el encarnizamiento y la demagogia para condicionar a un eventual gobierno de Cristina.